Hacer la experiencia más agradable
Existen medidas que se pueden tomar para hacer que este ingreso sea una experiencia más agradable.
En este artículo proporcionamos algunos consejos útiles para que los padres y cuidadores se puedan preparar ante el ingreso hospitalario de su hijo o hija.
¿Por qué es importante prepararse previamente al ingreso?
Prepararse para un ingreso es importante por diversas razones, fundamentalmente porque…
- Reduce el impacto emocional negativo, tanto el de los padres como de los hijos.
- Permite a la familia organizar mejor los temas logísticos, las preparaciones previas que deban realizarse o todo aquello referido a documentaciones o trámites que deban tenerse al día.
- Facilita una comunicación más eficaz y adecuada con los profesionales, lo que hace que se atiendan mejor las necesidades, expectativas y preocupaciones del paciente y su entorno.
- Ayuda a planificar de manera más congruente y efectiva la interrelación entre los profesionales del hospital y los del ámbito comunitario.
- Proporciona herramientas para enfrentar futuras experiencias similares.
¿Cómo pueden prepararse los padres antes del ingreso?
Ante el ingreso de un hijo, los padres podéis experimentar diversas emociones, que van a estar influidas por distintos factores, como la gravedad de la enfermedad, las experiencias previas y el apoyo social con que vais a contar.
Los padres debéis cuidar de vuestro bienestar emocional y buscar apoyo en los profesionales de la salud o, incluso, en grupos de padres.
Como padre o madre, la falta de información, la comunicación inadecuada y los sentimientos de impotencia pueden empeorar tu estado emocional. En cambio, disponer de información clara, de apoyo personal o de opciones de autocuidado y de participación activa en los cuidados va a mejorar tu ánimo.
Al recibir la notificación de hospitalización de tu hijo, tendrás preguntas sobre el diagnóstico, las opciones terapéuticas, los posibles riesgos, etc. No dudes en hacer todas las preguntas que consideres, no sólo te va a ayudar a comprender y conllevar mejor la situación, sino que también hará que puedas informar luego a tu hijo o hija de una manera más eficaz y apaciguadora.
Estar bien preparado te permitirá hablar con él o ella. Asegúrate, pues, de tener respuesta a las preguntas específicas que te pueda hacer. Con frecuencia, estas preguntas van a estar relacionadas con quién le va a acompañar, qué juguetes puede llevar consigo, qué va a pasar en el proceso de quirófano, el despertar de la anestesia, el dolor que pueda padecer, o referidas a la habitación, las visitas o la alimentación durante el ingreso.
Es crucial que tu hijo comprenda que el hospital no es un castigo ni es el problema, sino una buena opción, una parte de la solución. Describe el problema de salud con palabras sencillas y evita términos alarmantes. Asegúrale que su problema será solucionado como ocurre con otros niños. Responde a sus dudas y temores y anímale a hacer más preguntas.
Esfuérzate en mantener a tu hijo orientado en cada momento: si tiene menos de 6 años, explícale lo que está sucediendo en el presente y el siguiente paso. Si tu hijo o hija es mayor, infórmale de manera más completa sobre las fases del ingreso y ayúdale a situarse en cada paso. Los niños pueden temer al dolor y a estar solos en el hospital. Anticípate a estos miedos. Explícale que es normal tenerlos y que, en todo momento, los profesionales estarán allí para ayudar en caso de dolor.
Comunica honestamente las limitaciones de estar siempre presente.
Asegúrate de que los profesionales colaborarán en tu estrategia informativa y de gestión del impacto emocional en tu hijo.
El ingreso y el entorno escolar
Gestionar el tema escolar antes, durante y después del ingreso del paciente es un reto, pero es fundamental para asegurar la continuidad educativa del niño.
En este sentido te pueden ayudar las pautas siguientes.
Justo antes del ingreso:
- Comunícate con la escuela, informa sobre el ingreso programado con anticipación. Proporciona detalles sobre las fechas y la duración estimada del ingreso. Esto les permitirá prepararse y coordinar los acciones y adaptaciones que deban llevarse a cabo.
- Recopila los materiales y las tareas escolares que el niño necesitará durante su estancia en el hospital. Esto puede incluir libros, cuadernos, asignaciones, materiales de estudio y dispositivos electrónicos.
Durante el ingreso:
- Comunícate con los maestros de manera regular. Proporciona actualizaciones sobre el estado de salud del niño y coordina la entrega de tareas y materiales adicionales.
- Organiza un horario de estudio que se ajuste a la rutina hospitalaria del niño. Asegúrate de que dispone del tiempo y espacio adecuados para realizar sus tareas escolares y estudiar.
- Facilita la comunicación con los compañeros a través de videollamadas, mensajes de texto o correos electrónicos. Esto les permitirá mantener el sentido de pertenencia y minimizar la sensación de aislamiento.
Justo después del ingreso:
- Comunícate con la escuela e informa sobre el alta del niño y su fecha de regreso. Discute cualquier necesidad o adaptación requerida para apoyar su transición de regreso al entorno escolar.
- Programa una reunión con el maestro para poneros al día y establecer un plan personalizado de actuación y trabajo.
- Si el niño necesita apoyo adicional para estar al día académicamente, solicita una tutoría o colabora con el maestro para implementar estrategias de apoyo.
- Si es posible, considera una reintegración gradual al entorno escolar, comenzando con media jornada o días parciales. Esto permitirá que el niño se aclimate nuevamente a la rutina escolar de manera progresiva.
Organizando la vuelta a casa
Preparar el retorno a casa después de un ingreso programado es crucial para asegurar una transición segura y cómoda para el paciente y su familia. A continuación te ofrecemos algunos puntos clave en este sentido.
- Mantén una comunicación abierta con el equipo médico y los profesionales de la salud involucrados en el cuidado del paciente.
- Antes del alta, asegúrate de comprender completamente las instrucciones de cuidado en el hogar, los medicamentos recetados, los cambios en la dieta y las recomendaciones de seguimiento.
- Prepara el alta informando a tu hijo sobre la necesidad de reposo, medicación o cuidados adicionales.
- Explícale que los primeros días pueden ser diferentes a la vida normal, de manera que pueda tener una comprensión realista de la situación y evitar malentendidos.
- Anticipa las necesidades que prevés una vez de nuevo en casa, y prepara todo lo que vas a necesitar.
- Asegúrate de tener los suministros médicos necesarios, como medicamentos, vendajes, dispositivos médicos o equipos especiales.
- Si se necesita alguna adaptación en el hogar, como barreras de seguridad, camas especiales o modificaciones en el baño, organiza estas modificaciones antes del retorno.
- Si es necesario, organiza la ayuda y el apoyo en el hogar. Esto puede incluir la coordinación de cuidadores, enfermeras a domicilio o terapeutas para brindar la atención necesaria. Asegúrate de comunicar sus necesidades y horarios al personal de apoyo y de establecer una comunicación clara y regular con ellos.
Asegúrate también de recibir la capacitación adecuada sobre el cuidado del paciente en casa. Esto puede incluir aprender a administrar medicamentos, realizar cambios de vendajes, monitorear signos vitales, realizar terapias específicas u otros cuidados básicos. Solicita a los profesionales de la salud que te brinden instrucciones claras y demostraciones prácticas para realizar estas tareas.
Coordina las citas de seguimiento con el equipo médico y asegúrate de cumplir con ellas. Estas citas son muy importantes para el progreso del paciente, para ajustar el tratamiento si es necesario y para responder a preguntas o inquietudes que puedan presentarse.
Después del alta, presta atención al bienestar emocional de tu hijo y del conjunto de la familia. El regreso a casa puede ser un período de adaptación y ajuste emocional. Si conviene, busca apoyo de profesionales de la salud, grupos de soporte o servicios de asesoramiento para ayudar a manejar el estrés emocional que pueda surgir.