La comunicación interventricular es una de las cardiopatías congénitas más comunes en niños, caracterizada por la presencia de un orificio en la pared que separa los dos ventrículos del corazón. Esta condición puede variar en tamaño y severidad, afectando el flujo de sangre y el funcionamiento cardíaco de diferentes maneras.
La comunicación interventricular es la cardiopatía (defecto o anomalía cardíaca) congénita más frecuente en niños. Se trata de un orificio en la pared que divide a los ventrículos y que, al auscultar el pecho, produce un sonido llamado soplo.
En condiciones normales, la sangre transporta oxígeno, hormonas y nutrientes por todo el cuerpo. El corazón se encarga de enviar la sangre con el oxígeno a las células. Cuando este oxígeno se ha distribuido, la sangre vuelve al corazón, que lo envía a los pulmones para que vuelva a cargarse de oxígeno y se inicia el ciclo de nuevo.
En la comunicación interventricular, la sangre puede pasar a través del orificio en la pared de los ventrículos, y normalmente lo hace del ventrículo izquierdo al derecho. La cantidad de sangre de más que va al ventrículo derecho hace que vaya más sangre a los pulmones, lo que hace que el corazón se tenga que esforzar más para bombear la sangre.
¿Cuáles son sus síntomas?
En los casos de comunicación interventricular grande pueden aparecer síntomas como dificultad al respirar, sudoración al comer, o problemas para aumentar de peso en niños pequeños.
Con el paso del tiempo, si este problema no se soluciona, pueden darse complicaciones como insuficiencia cardíaca, presión arterial en los pulmones alta o ritmo cardíaco irregular (arritmia), entre otros.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la comunicación interventricular se realiza mediante la exploración del niño. Durante el examen físico, en la auscultación del pecho, se puede oír un sonido silbante llamado soplo. En el caso de que se escuche este soplo o haya otros signos, el médico puede solicitar más pruebas para confirmar el diagnóstico.
La prueba más común es el ecocardiograma, que es una ecografía del corazón. Esta prueba no emite radiación y es de uso habitual para el diagnóstico de problemas del corazón como es el caso de la comunicación interventricular.
Además, se pueden necesitar otras pruebas como un electrocardiograma, que permite conocer el ritmo del corazón.
Se ha de tener en cuenta que, en muchas ocasiones, la comunicación interventricular tiende a hacerse más pequeña e incluso a cerrarse espontáneamente durante los primeros meses o años de vida.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento puede variar en función del tamaño del orificio o bien de los síntomas que puede presentar el paciente. En caso de que se trate de un orificio pequeño, puede que se cierre por sí sólo sin complicaciones ni secuelas.
Por el contrario, si se trata de un orificio grande, afecta al funcionamiento global del corazón o provoca síntomas al paciente, se tendrá que valorar el cierre del orificio mediante una intervención quirúrgica o, en ocasiones, por cateterismo cardíaco.
Para controlar los síntomas que puede ocasionar la comunicación interventricular, en ocasiones se utilizan medicamentos que controlan la presión arterial y la cantidad de orina para ayudar a que el corazón trabaje con menos esfuerzo. Los lactantes con una comunicación interventricular, en ocasiones pueden necesitar una alimentación especial y fármacos que se administran en forma de jarabe.
¿Qué otras cosas se han de tener en cuenta?
En aquellos casos en que, a pesar del tratamiento con fármacos y del apoyo nutricional, el lactante no consigue crecer, presenta síntomas de fatiga (cansancio) ante el mínimo esfuerzo y no tiene el suficiente peso para poderle realizar la operación definitiva (cierre quirúrgico de la comunicación interventricular), será necesario hacer una cirugía intermedia de la arteria pulmonar, llamada banding.
Esta pequeña intervención quirúrgica permitirá que, limitando la cantidad de sangre que llega hacia los pulmonares, el bebé siga creciendo hasta que pueda cerrarse el defecto de forma definitiva.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Las cardiopatías congénitas son un grupo de malformaciones de la estructura del corazón o de sus vasos que se originan durante el crecimiento fetal. En la mayoría de los casos, el tratamiento suele ser farmacológico combinado con quirúrgico.
A continuación, presentamos algunas recomendaciones y prácticas saludables para vivir con una cardiopatía congénita frente a situaciones con las que puedes encontrarte en tu vida adulta, con el objetivo de mejorar tu expectativa y calidad de vida.