Algunas personas presentan intolerancia al gluten, una proteína presente en algunos cereales de manera natural y también en algunos derivados de estos, y es lo que se conoce como enfermedad celíaca. Susceptibilidad genética a la intolerancia. Aunque se desconoce con exactitud la causa de la celiaquía, las causas más frecuentes son la susceptibilidad genética, agentes ambientales como infecciones víricas o la presencia de otras enfermedades autoinmunes.
Es una enfermedad sistémica de todo el organismo, inmunológica, que causa daño en el intestino delgado, en individuos genéticamente predispuestos. Es provocada por la ingestión de gluten, una proteína que se encuentra en algunos alimentos. Se caracteriza por la presencia de una combinación variable de síntomas, marcadores analíticos específicos y afectación de la mucosa intestinal.
¿Qué es el gluten?
El gluten es una proteína que se encuentra en algunos cereales, como el trigo o la espelta y en algunos de sus derivados (harina, pasta, pan, etc.).
Algunos alimentos procesados también pueden contener gluten, ya que la industria alimenticia los puede añadir durante su proceso de elaboración.
En otros casos, si el alimento está en contacto con otros que contengan gluten, se produce la llamada contaminación cruzada. Es decir, un alimento que no tenía gluten queda “contaminado” por el gluten de otro alimento si estos están en contacto.
¿Cuáles son sus síntomas?
La sintomatología de la enfermedad celíaca puede ser variable, desde pacientes sin prácticamente síntomas a personas con varias manifestaciones clínicas como vómitos, hinchazón o distensión abdominal, cansancio, fatiga crónica, anemia, crecimiento lento del niño, pérdida de peso o problemas de la piel (dermatitis herpetiforme), entre otros síntomas.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la celiaquía se realiza por un especialista en gastroenterología.
Para hacer este diagnóstico se han de valorar los síntomas del niño, la existencia de marcadores serológicos específicos en sangre para esta enfermedad (anticuerpos anti-transglutaminasa y anti-endomisio), la genética y la biopsia intestinal.
Es aconsejable no quitar el gluten de la alimentación hasta no tener un diagnóstico definitivo, a no ser que el especialista diga lo contrario.
¿Cuál es su tratamiento?
Una vez diagnosticada la celiaquía, el tratamiento consiste en retirar el gluten de la dieta del niño para toda la vida. Por el contrario, tomar alimentos con gluten de forma continuada puede producir trastornos y complicaciones importantes.
Ante una celiaquía es muy importante mantener una correcta higiene de manos y en la elaboración de los alimentos, separándolos de cualquier superficie en la que hayan estado otros productos con gluten.
De igual forma, los productos sin gluten se han de almacenar en un lugar separado del resto.
Se han de leer las etiquetas de los envases para asegurarse de que los alimentos no contienen gluten.
Es recomendable seguir una dieta variada y equilibrada, pero con alimentos libres de gluten.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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Muchas personas han retirado el gluten de su dieta sin un motivo médico, lo que puede dificultar el diagnóstico de patologías relacionadas con el gluten.
A continuación, se presentan una serie de consejos prácticos y estrategias efectivas para que las familias puedan gestionar de manera adecuada la alimentación en la enfermedad celíaca.
Es crucial que las familias adopten medidas rigurosas para evitar la contaminación cruzada y proteger la salud de los niños celíacos. Para evitar la contaminación cruzada, es muy importante que sigas estas indicaciones.