Señales de alerta ante un joven que consume sustancias adictivas
Un joven sufre un trastorno por uso de sustancias cuando consume ciertos tipos sustancias con frecuencia y de manera compulsiva (no sabe decir que no), por lo que afecta negativamente a su salud, o su desarrollo personal, a sus relaciones con la familia o con sus amigos, a sus estudios o su trabajo, o le ocasiona problemas económicos o legales.
Una combinación de factores (biológicos, psicológicos y sociales) pueden hacer que la persona pierda el control sobre el uso de la sustancia y sea incapaz de parar su consumo, aunque sea consciente de los perjuicios que le provoca.
¿A quién afecta?
En los últimos años, el consumo de drogas ilegales entre los jóvenes ha aumentado. Los datos muestran que prácticamente uno de cada cuatro jóvenes ha consumido alguna sustancia, sobre todo, cannabis y cocaína. No todas las personas que consumen acaban sufriendo un trastorno de adicción.
¿Qué consecuencias tienen?
El consumo de sustancias durante la adolescencia puede tener graves consecuencias físicas, psicológicas y sociales (fracaso escolar, conflicto familiar y dificultades de relación). El consumo de sustancias puede desencadenar un trastorno mental como la ansiedad, la depresión o la psicosis.
¿Cómo se tratan?
El tratamiento de los trastornos aditivos debe realizarlo un equipo multidisciplinario de especialistas que atiendan las complicaciones médicas, psiquiátricas, psicológicas y sociales. Este equipo aplicará el tratamiento adaptado a la persona y a la sustancia de consumo.
¿Cuáles son las señales de alarma?
Señales físicas
Pérdida de peso
Hipertensión
Ojos rojos
Irritación nasal
Ronquera
Tos crónica
Dolor de pecho
Marcas de jeringuilla
Lesiones
Hábitos personales
Uso de gotas oculares
Alteración del sueño y del apetito
Higiene deficiente
Pérdida de interés por los deportes
Nuevos amigos o intereses
Cambios en la forma de vestir
Nuevos intereses musicales especiales
Rendimiento académico
Alteraciones de la memoria
Pobreza mental
Informes de la escuela negativos y críticos
No asistencia a clase
Falta de interés por los estudios
Problemas con los maestros
Suspensos y expulsiones
Se producen cambios emocionales y de conducta
Actividades de riesgo
Estado de ánimo muy variable
Depresión
Reacciones de pánico
Trastornos como alucinaciones o delirios
Problemas con las amistades o familia
Robos
Promiscuidad
Problemas legales
¿Qué hay que hacer ante una sospecha?
Cuando tenemos la sospecha es importante actuar pronto, ya que la intervención y detección precoz evita que el trastorno se consolide o se complique con problemas asociados y también facilita la recuperación.
Si la persona se niega a recibir ayuda porque considera que su consumo no es perjudicial, es necesario hacerle ver los riesgos físicos, psicológicos y sociales a los que se expone y la importancia de seguir un tratamiento especializado si es necesario. Consúltalo con su pediatra o médico de familia.
Es importante recordar:
El consumo de sustancias es un factor de riesgo para el correcto desarrollo intelectual, afectivo y social del adolescente.
Las drogas de mayor consumo son el alcohol, el tabaco, el cannabis y la cocaína.
No existe una modalidad única de tratamiento, ya que debe adaptarse al tipo de sustancia y a la persona.
Es importante consultar al médico o al especialista cuando exista el presentimiento de consumo perjudicial.
La intervención precoz reduce el riesgo de que aparezcan problemas mentales.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
El cannabis, una droga común entre adolescentes, tiene efectos y riesgos subestimados. Es importante hablar con los jóvenes sobre sus peligros, fomentar la conciencia y enseñarles a decir no. Señales de alerta para los padres incluyen cambios en el comportamiento y el rendimiento académico, así como objetos relacionados con la marihuana. La educación y el diálogo abiertos son esenciales para prevenir el consumo y buscar ayuda profesional si es necesario. No subestimes los riesgos del cannabis en la adolescencia.
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