¿Calzado fuera de casa? Lo que esconde la suela de tu zapato
¿Debemos quitarnos los zapatos antes de entrar en casa? Aunque se trata de una práctica común en la mayoría de culturas orientales, ligada a la religión y el estilo de vida, en las sociedades occidentales existen diferentes opiniones al respecto.
En países como Japón, China o Vietnam, el calzado utilizado para salir a la calle permanece en la entrada de la casa, en un espacio reservado para el mismo, y es habitual que este sea sustituido por unas zapatillas exclusivas para la vivienda. En las culturas orientales, este ritual es una muestra de respeto, también en los templos religiosos, con un objetivo común: mantener el hogar limpio y libre de las impurezas del mundo exterior.
En cambio, en el mundo occidental los límites entre la vida cotidiana exterior e interior son más difusos, pero también prevalece la practicidad. El ritmo acelerado de las sociedades occidentales hace más cómodo el hábito de llevar los zapatos puestos durante el día, y quitarse y ponerse el calzado repetidamente percibirse como un incordio. Así que, ¿es realmente necesario quitarse el calzado para entrar en casa?
La respuesta no es fácil. La comunidad científica no parece ponerse de acuerdo en esta cuestión. Mientras que algunos argumentan que los zapatos son una de las principales fuentes de contaminación para un hogar limpio, también hay quien defiende su inocuidad para la salud humana.
Lo que esconde la suela de tu zapato
Pasamos cerca del 90 % de nuestro tiempo en espacios interiores, lo que convierte la calidad del aire y la limpieza de estos lugares —desde el hogar hasta la oficina o la escuela— en un factor clave para nuestra salud, especialmente la de los niños pequeños.
La suciedad que se acumula en el hogar va mucho más allá de polvo y restos de alimentos. Además de lo que desprenden personas y mascotas, cerca de un tercio de las partículas contaminantes en interiores provienen del exterior. Este flujo de contaminación se filtra con las corrientes de aire a través de puertas y ventanas, pero también es transportada por nuestros zapatos.
Al final de un día al aire libre, ya sea en entornos urbanos o rurales, nuestras suelas arrastran una gran cantidad de suciedad y gérmenes, que se depositan en el suelo y superficies de la casa, donde pueden permanecer durante días o incluso semanas. Los gérmenes están por todas partes. Cualquier lugar público está lleno de microbios que pueden adherirse a tus zapatillas, sandalias o botas.
Varios estudios han analizado los residuos en las suelas de los zapatos, revelando que entre los microorganismos que se encuentran en el calzado y en el suelo, se incluyen bacterias que pueden causar diarrea y otras infecciones, como la Escherichia coli (E. coli) y la Clostridioides difficile (C. diff), pero también patógenos resistentes a los medicamentos. Este tipo de agentes infecciosos, comúnmente asociados a entornos hospitalarios, representan un gran desafío por su resistencia a los antibióticos de los que disponemos en la actualidad.
Los bebés y niños pequeños, al pasar más tiempo en contacto con el suelo, pueden entrar en contacto fácilmente con la contaminación de las superficies, por lo que enfrentan un mayor riesgo de infecciones. Mantener la limpieza en estos espacios es fundamental para proteger su salud y bienestar.
Higiene de manos… ¡y también de pies!
El hábito del lavado de manos con jabón es una sencilla medida de higiene que evita la transmisión y contagio de numerosas enfermedades infecciosas, ya que representan una de las principales vías de contacto con los microorganismos responsables.
Los bebés y niños pequeños son muy propensos a ensuciarse las manos con las que se acaban tocando la cara. Al pasar más tiempo en contacto con el suelo, pueden entrar en contacto fácilmente con la contaminación del suelo, por lo que enfrentan un mayor riesgo de infecciones.
Aunque, de acuerdo con algunas investigaciones, algo de suciedad es probablemente beneficiosa para el desarrollo del sistema inmunitario de los niños, mantener la limpieza en estos espacios es fundamental para proteger su salud y bienestar. En este sentido, un primer paso puede ser dejar el calzado fuera de casa. Del mismo modo que procuramos lavarnos las manos cuando llegamos a casa, debemos recordar que las suelas de los zapatos también están en contacto con todo tipo de superficies llenas de gérmenes, por lo que llevar puestos los zapatos dentro de casa puede compararse con no lavarse las manos al llegar.
Otras recomendaciones
Además de dejar los zapatos a la entrada de nuestra casa, existen otros sencillos gestos que ayudarán a mantener el ambiente interior más limpio y con mejor calidad del aire:
Utilizar aspiradoras y purificadores equipados con filtro HEPA.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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