Impacto del cambio climático en la actividad física
Este artículo habla sobre el impacto del cambio climático en la actividad física. El cambio climático tiene repercusiones en las condiciones de los entornos y los recursos que usamos para la práctica de algunos tipos de deportes o actividades.
El cambio climático es un cambio global del clima de la Tierra que se manifiesta a través de cambios de la temperatura de la atmósfera, de los patrones de las lluvias y de los fenómenos meteorológicos causados principalmente por las actividades humanas, sobre todo por la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Todos estos efectos se traducen en impactos económicos, ambientales, políticos, sociales y en la salud humana.
En el caso de la salud, los impactos pueden ser directos e indirectos, vinculados con las enfermedades relacionadas con el calor, los cambios en los patrones de enfermedades, el empeoramiento de la calidad del aire y el aumento de los problemas de salud mental relacionados con los fenómenos meteorológicos extremos. Estos impactos también pueden afectar la práctica de la actividad física.
A nivel de la actividad física, las condiciones climáticas pueden influenciar de forma importante en como destinamos nuestro tiempo a las horas de sueño, a la actividad física y al tener un comportamiento sedentario. La distribución de estos tres comportamientos durante nuestro día tiene impactos en nuestra salud. Una falta de actividad física, un sueño insuficiente o un comportamiento sedentario se asocian con malos resultados en nuestra salud.
Presencia de climas extremos
Algunos estudios han mostrado como con la presencia de climas extremos las personas tendemos a ser menos activas y más sedentarias, es decir pasamos más tiempo sentadas, viendo la televisión o usando pantallas. También se ha evidenciado que los impactos del cambio climático estaban relacionados con una menor participación en actividades físicas en los niños y una menor participación en los deportes durante las olas de calor. En el caso de los adultos, se ha comprobado que son más sedentarios cuando las lluvias son más intensas o las temperaturas son más bajas y son menos activos cuando las temperaturas son extremas o cuando hay más lluvias o una mayor velocidad del viento.
El cambio climático también influye en como usamos los entornos para la práctica de la actividad física de forma segura y accesible. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor, las inundaciones, los incendios forestales o los huracanes, tienen el potencial de crear entornos inseguros para la práctica de ejercicio físico o deporte, los desplazamientos activos o las actividades al aire libre.
Por ejemplo:
El calor radiante puede elevar de forma importante e insegura las superficies como el asfalto, el hormigón o el metal.
La lluvia reduce la calidad de las superficies y la visibilidad.
El viento reduce la estabilidad y aumenta los objetos y desechos en las superficies, con riesgo de contusiones.
Los incendios aumentan la polución del aire.
Entornos al aire libre
Estos entornos inseguros o en los que tenemos poco control también pueden aumentar el riesgo de lesiones. Además, puede verse afectado el acceso a entornos al aire libre o a las instalaciones deportivas después de algún evento climático extremo, como puede ser después de una inundación o el paso de un huracán, o ante cierres de espacios naturales como medida de prevención de incendios forestales.
También se puede ver afectada la planificación de los horarios de las actividades y la programación de los eventos deportivos. Por ejemplo, en los juegos olímpicos de Tokio de 2020 la organización se vio obligada a cambiar los horarios de los partidos de tenis debido a las altas temperaturas generadas por una ola de calor y al golpe de calor que sufrió una de las participantes jugando un partido. O en el caso del fútbol, el reglamento se ha visto modificado implementándose las pausas obligatorias de hidratación en ambas mitades del partido ante la presencia de condiciones de calor extremo, con el objetivo de salvaguardar la salud y el rendimiento de los y las futbolistas.
Los eventos climáticos extremos también pueden afectar el confort y la comodidad de nuestros entornos para dormir. Cuando las temperaturas nocturnas aumentan, como cuando se presentan olas de calor frecuentes o en el caso de las zonas urbanas en las que se exacerba el efecto conocido como isla de calor urbano, los patrones del sueño pueden alterarse afectando nuestro descanso.
Incremento en las temperaturas globales
Un sueño insuficiente o poco reparador puede influir de forma negativa en la práctica de la actividad física, afectando la recuperación física y mental después del ejercicio, facilitando la aparición de fatiga y cansancio de forma precoz o disminuyendo nuestra capacidad para la toma de decisiones durante la práctica deportiva. El sueño insuficiente también puede elevar el riesgo de tener una lesión o dificultar la asimilación correcta de las cargas de entrenamiento.
El clima también tiene un impacto en como regulamos nuestra temperatura corporal, tanto en reposo como cuando realizamos actividad física. Las condiciones climáticas extremas, principalmente el frío y el calor, ponen en marcha una serie de respuestas del cuerpo que pueden afectar de forma negativa nuestra salud y rendimiento.
El cambio climático está produciendo un incremento en las temperaturas globales, favoreciendo olas de calor más frecuentes y prolongadas. En estos escenarios, las personas que practican ejercicio físico tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor principalmente en actividades al aire libre. El estrés térmico generado por el calor produce cambios a nivel del sistema nervioso, cardiovascular y muscular. También se produce una pérdida excesiva de agua corporal por el sudor, afectando los mecanismos de enfriamiento de nuestro cuerpo lo que aumenta más este estrés térmico, favoreciendo el desarrollo de deshidratación, calambres musculares, fatiga y la consecuente afectación del rendimiento. También puede afectar la salud, con el riesgo de presentarse golpes de calor, que pueden ser potencialmente peligrosos, especialmente en poblaciones vulnerables como los ancianos, los niños o personas con ciertas enfermedades.
El frío extremo
En el caso contrario, durante el frío extremo, las personas que practican ejercicio físico están en riesgo de presentar problemas que van desde la hipotermia a la congelación.
El cambio climático tiene repercusiones en las condiciones de los entornos y los recursos que usamos para la práctica de algunos tipos de deportes o actividades. Por ejemplo, en el caso de los deportes de invierno, como el esquí y el snowboard, son particularmente vulnerables a los impactos del cambio climático. La disminución de las nevadas y las temporadas de invierno más cortas pueden provocar el cierre de las estaciones de esquí y afectar los medios de subsistencia de este tipo de actividades. En el caso de las sequías y la falta de lluvias, se puede ver limitado el acceso a deportes que se practican en ríos, lagos o cuerpos de agua, así como la limitación o restricción de este recurso para el relleno de piscinas. También el aumento del nivel del mar puede afectar las instalaciones deportivas ubicadas en las zonas costeras y los cambios en las condiciones meteorológicas marinas pueden afectar deportes como el surf o la vela.
El cambio climático puede exacerbar la contaminación del aire, lo que lleva a una mala calidad del aire en muchas zonas urbanas. Los niveles más altos de contaminación del aire pueden afectar la salud respiratoria y limitar la práctica de actividad física al aire libre.
Impacto psicológico en las personas
Por último, la vivencia de un fenómeno extremo derivado del cambio climático como los incendios, las inundaciones o los huracanes pueden tener un gran impacto psicológico en las personas y en las comunidades. Estos eventos pueden producir miedo, ansiedad y estrés que pueden afectar la salud y el bienestar mental, así como la motivación y la participación en actividades físicas.
Hemos visto como el cambio climático puede afectar de forma negativa la forma en la que practicamos la actividad física y de forma secundaria nuestra salud y bienestar. Es fundamental concientizar a todas las personas sobre el cambio climático y sus impactos.
Es importante llevar a cabo un abordaje desde un enfoque que trabaje las acciones individuales, las políticas públicas y las estrategias educativas. Además, es fundamental promover las prácticas deportivas sostenibles, crear entornos resilientes y favorecer acciones que nos ayuden a mitigar y limitar estas repercusiones.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
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