La cocina como herramienta para comer mejor desde pequeños
Hoy en día son muy pocos los niños y adolescentes que perciben la cocina como una herramienta para comer mejor y que entran para ayudar a preparar las comidas. Hace ya un par de generaciones que se ha ido rompiendo la cadena de enseñanza culinaria, y cada vez se cocina menos.
¿Podría ser, pues, que hayamos perdido totalmente la habilidad de gestionar nuestra alimentación? ¿Tendrán razón los expertos y grandes directores de la industria alimentaria llamándonos a nosotros y a las futuras generaciones “huérfanos de cocina”? ¿Será, pues, la falta de dedicación para programar, comprar, preparar y cocinar una de las causas que nos inducen a comer peor de lo que deberíamos? Las últimas tendencias así lo indican.
¿Cómo podemos hacer que la cocina sea una herramienta para comer mejor?
Una solución es dejar que los niños entren en la cocina y ayuden a preparar las comidas. Éste es un primer paso no sólo para que conozcan los distintos alimentos sino para que tengan una dieta variada y equilibrada en el futuro. Aquellos niños que manipulan alimentos tienen una mayor predisposición a probarlos. Si queremos que nuestros hijos prueben y coman gran variedad de alimentos, dejarles ayudar en la cocina es una de las estrategias más eficaces. ¡Sólo con decirles que coman de todo no basta!
En Fundación Alícia ya hace años que detectamos esta necesidad, y desde entonces, en Món Sant Benet hemos realizado miles de talleres donde la cocina es la herramienta utilizada para enseñar a la gente de todas las edades a comer mejor. También lo hemos comprobado con el Programa TAS (Tú y Alícia por la Salud) cuando impartimos, por toda España, talleres de cocina para adolescentes y vemos cómo, después de la intervención en las aulas, sus hábitos mejoran.
Entrar en la cocina desde pequeños favorece el desarrollo de hábitos saludables y habilidades culinarias
Muchas investigaciones avalan esta metodología (ver enlaces de interés al final del artículo). Por ejemplo, la escuela de salud pública de la Universidad de Alberta, Canadá, concluyó, tras realizar una encuesta a estudiantes de 5º de primaria, que los niños que ayudan en casa en la preparación y elaboración de comidas tienen hábitos más saludables, con una mayor preferencia para consumir frutas y verduras además de tener más tendencia a escoger aquellas preparaciones más saludables (Chu, et al., 2013).
Más recientemente, en un estudio publicado en la revistaNutrientstambién detectaba una mejora en los niveles de confianza y habilidades culinarias, además de una mayor predisposición al consumo de frutas y verduras después de realizar con adolescentes una semana de sesiones intensivas de cocina y lecciones sobre hábitos alimentarios (Black, et al., 2018).
La revista Appetite, llegaba a las mismas conclusiones, pero en este caso hablando de gente adulta: aquellos que tenían más habilidades en la cocina hacían elecciones más saludables, principalmente en el consumo de fruta y verdura (Hartman, 2013). Por lo tanto, si seguimos las evidencias anteriores, ¿no creéis que vale la pena dedicar un poco más de tiempo a preparar nuestras comidas? ¿A hacerlo en familia y así incentivar a los niños desde pequeños a aprender a cocinar para asegurarles una buena salud en el futuro?
Sin embargo, parece ser que la falta de tiempo es uno de los principales factores limitantes. Niños y adolescentes tienen a menudo horarios sobrecargados, con deberes y actividades extraescolares que les dejan poco tiempo libre para aprender a cocinar. Los padres tampoco suelen tener tanta disponibilidad como querrían para estar con ellos y enseñarles, por ejemplo, a hacer un bizcocho o una tortilla.
Por ello, deberíamos dar más importancia a esta parte práctica de cocinar con toda la familia como una tarea más de casa, a la que los más pequeños se les introduzca des de temprana edad como una parte más de su educación. Intentar buscar ese momento, entre semana o los fines de semana, para que interactúen con la comida es esencial para el fomento de unos buenos hábitos en el presente y el futuro.
Para ir empezando, os aconsejamos que consultéis el recetario ¡Familia! ¡a cocinar!donde encontrareis ideas de lo más divertidas para involucrar los más pequeños en la cocina.
Adrià, F., Fuster, V., & Corbella, J. (2010). La cocina de la salud. Barcelona: Planeta.
Black, K.; Thomson, C.; Chryssidis, T.; Finigan, R.; Hann, C.; Jackson, R.; Robinson, C.; Toldi, O.; Skidmore, P (2018). Pilot Testing of an Intensive Cooking Course for New Zealand Adolescents: The Create-Our-Own Kai Study. Nutrients, 10: 556.
Chu, Y., Farmer, A., Fung, C., Kuhle, S., Storey, K., & Veugelers, P. (2013). Involvement in home meal preparation is associated with food preference and self-efficacy among Canadian children. Public Health Nutr, 16(1):108-112.
Hartman, C. (2013). Importance of cooking skills for balanced food choices. Appetite, 65:125-31.
Overcash, Francine et al.(2017) Positive Impacts of a Vegetable Cooking Skills Program among Low-Income Parents and Children. Journal of Nutrition Education and Behavior.
Utter, Jennifer et al.(2018) Self-Perceived Cooking Skills in Emerging Adulthood Predict Better Dietary Behaviors and Intake 10 Years Later: A Longitudinal Study. Journal of Nutrition Education and Behavior, 50(5):494 - 500
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Alícia es un centro que investiga productos y procesos gastronómicos; innovando y trabajando para mejorar la alimentación de las personas, poniendo especial atención a las que tienen restricciones alimentarias y otros problemas de salud.
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Grabación del webinar sobre cómo mantener una alimentación saludable, equilibrada y variada que, además, sea respetuosa con el medio ambiente y económica. De la mano de Mireia Termes Escalé, dietista - nutricionista especializada en nutrición pediátrica del Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona.