Entornos escolares seguros y saludables: beneficios para la salud infantil
Dado que los niños pasan una proporción considerable del día en las aulas y patios escolares, los entornos escolares figuran entre los espacios urbanos más cruciales para garantizar su salud, bienestar y aprendizaje efectivo y gestionar sus conductas, entre otras habilidades. Garantizar la calidad del aire en el entorno escolar es importante para beneficio de los niños y la salud pública.
Verde y azul en el entorno escolar
Los espacios públicos como los entornos escolares son una oportunidad para recuperar la conexión con la naturaleza llevando a cabo intervenciones verdes (vegetación) y azules (agua) para favorecer la salud de manera equitativa, abarcando distintos niveles socioeconómicos en los barrios y mitigando los efectos de la «gentrificación verde». Como todos los niños de una ciudad van a la escuela, si intervenimos en las escuelas, brindamos a todos ellos la posibilidad de recibir sus beneficios.
Aprovechar los patios y edificios de las escuelas públicas, también con pocas zonas verdes, como esfera de actuación para plantar más árboles, crear muros verdes que generen sombras y aumentar la presencia del agua (fuentes, zonas de juego con agua) es una buena estrategia para combatir el calor, los efectos del cambio climático y la contaminación del aire de manera equitativa. Estas adaptaciones influirán positivamente tanto en la cohesión social como en la salud y bienestar físico y mental de los niños y niñas y del resto de ciudadanos que hacen posible el acceso a estas zonas.
Transformar las zonas de juego en pequeños espacios naturales de biodiversidad también mejora considerablemente el sistema inmunitario infantil en muy poco tiempo, ya que los niños de un estudio reciente (realizado en Finlandia) habían desarrollado mayor diversidad de microbios protectores (microbiota) en la piel y el intestino.
Desplazamientos a la escuela
El modelo de planificación urbana y transporte, centrado en la construcción en altura y en ceder espacio público al vehículo privado motorizado, ha limitado la autonomía de los desplazamientos de los niños a la escuela. Los efectos generados en el entorno más habitual para ellos, el escolar, necesitan visibilizarse y están relacionados con cómo el uso del espacio público y la calidad del aire afectan a su salud y desarrollo físico y cerebral, así como a la maduración de habilidades psicológicas y de aprendizaje básicas.
El medio de transporte utilizado depende en parte de la distancia a la escuela, pero también de otros factores como la seguridad (percibida) y el medio de transporte y tiempo de que disponen los padres. Por un lado, el aumento de los desplazamientos a la escuela en vehículo privado conlleva una falta de actividad física y una mayor prevalencia de la obesidad y el sobrepeso. El desplazamiento activo a las escuelas y la actividad física en el barrio de residencia deberían incluirse en el ejercicio diario mínimo necesario para reducir el sedentarismo que está directamente asociado con el sobrepeso infantil.
Por otro lado, aparte de suponer que menos niños van andando, desplazarse a la escuela en transporte privado genera más tráfico, más atascos en la entrada de las escuelas al dejar y recoger a los niños, y un entorno escolar menos seguro, con más ruido y peor calidad del aire.
Cambios necesarios en la planificación del suelo y el transporte urbanos
Muchas ciudades ya han adoptado medidas para mejorar la calidad ambiental y reducir sus efectos sobre la salud. Muchas han intentado que haya menos tráfico de coches y más volumen de transporte público y activo, así como aumentar las zonas verdes plantando, por ejemplo, árboles.
Es hora de replantearnos nuestros modelos urbanos. En el siglo XX, las ciudades parecían estar diseñadas para los coches, pero, en el siglo XXI, deberíamos proponernos crear ciudades para las personas, incluidos los niños. Nuestras ciudades deberían ser inteligentes, sostenibles, habitables, equitativas y saludables, aplicar soluciones basadas en la naturaleza, tener una economía circular y promover la movilidad activa y las zonas verdes. Y estar adaptadas a los niños.
Esta información es de carácter divulgativo y no sustituye la tarea de los equipos profesionales de la salud. Si necesitas ayuda, ponte en contacto con tu profesional de referencia.
Profesor investigador. Director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud. Jefe del Programa de Contaminación Atmosférica y Entorno Urbano.
Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal)
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